Esta fotografía y el artículo que aparece bajo la misma me dejaron helado el corazón. Existen personas y colectivos que por defender sus tradiciones siguen realizando prácticas abominables, las cuales deben ser rechazadas con toda la contundencia que podemos utilizar. Este es el caso de la mutilación de los genitales femeninos ¿Cómo es posible que en pleno siglo XXI siga manteniéndose esta costumbre realizada a niñas y adolescentes? ¿Cómo es posible que las mujeres de todo el planeta no nos unamos y movilicemos ante semejantes aberraciones?
Como mujer, madre y profesora universitaria siento vergüenza ante la foto. Una cosa es respetar las culturas y otra muy distinta aceptar, aunque sea con nuestros silencios, dichas prácticas, en la actualidad debemos combatir con todas nuestras fuerzas, como lo hicieron otras mujeres que llegaron a dejar la vida en el siglo pasado, todo aquello que suponga un ataque a la dignidad humana. La ablación del clítoris es el mayor ataque a la misma. Unamos nuestra protesta mediante un movimiento social a nivel planetario que conciencie a todo el mundo sobre las consecuencias de la mutilación genital femenina que, para mayor ignominia, se realiza a las niñas. Recojamos firmas que traslademos a los Organismos Internacionales. En ello nos debemos empeñar mujeres y hombres. Es de justicia social y por lo tanto nos toca comprometernos.
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