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Vasca de origen, Profesora Titular Universidad del País Vasco, casada y con hijos. Amenazada desde principios del 2000 por la banda terrorista ETA, luchadora incansable por las Libertades, los Derechos Humanos y contra el terrorismo

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Artículo de Albert R. Hunt en el Herald Tribune sobre Inmigración



TRADUCCIÓN EN CASTELLANO


DESINFLANDO LOS MITOS DE LA INMIGRACIÓN (periódico Herald Tribune- edición del día 12 de julio de 2010)

Albert R. Hunt
CARTA DESDE WASHINGTON

En una América plagada de indecisión, hay una certitud: la situación de la inmigración será peor dentro de un año.

Los políticos no tienen ninguna intención de tratar este asunto durante el año electoral, ya que el reciente llamamiento a la acción del Presidente Barack Obama era político, no legislativo: su Ministerio de Justicia sigue las órdenes de posicionarse en contra de la medida anti-inmigrante de Arizona. Así pues, cualquier esperanza de que se produzca una acción bipartidista, se disipa.

Muchos Republicanos quieren complacer esta tendencia anti-inmigrante y se oponen, pues, al Presidente en prácticamente casi todo.

Hay dos libros nuevos interesantes, «A Country for All» (Un país para todos), de Jorge Ramos, y «Brain Gain» (Ganancia de cerebros), de Darrell West, crónicas de esta situación de debacle.

El Sr. Ramos, el ancla de Univision Communications, la red televisiva española más grande de los Estados Unidos, plasma la rabia que muchas Hispanos sienten cuando se menciona este tema, así como el retrato de los trabajadores indocumentados conocidos como aliens «ilegales».

«Aceptan condiciones de trabajo que ningún ciudadano podría imaginar», escribe. «Limpian los baños públicos después de que nosotros los usemos», y «son las canguros que crían a nuestros futuros presidentes, actores y atletas».

El Sr. West, un antiguo profesor de Universidad que ahora trabaja para Brookings Institution (Institución Brookings) en Washington, ofrece una crítica erudita y unas sugerencias innovadoras para crear una nueva política más centrada en las consideraciones económicas y laborales.

«Prácticamente nadie está contento con las leyes que regulan la inmigración en este país», afirma.

La política actual es un desastre. Hay aproximadamente 12 millones de trabajadores indocumentados en los Estados Unidos, un 40% más que hace 10 años y el triple que en el año 1990. Estados Unidos deporta a unas 300.000 personas al año; más de los que entran de forma ilegal. El Center for American Progress, (Centro Americano para el Progreso), una organización liberal de investigación con sede en Washington, estima que costaría 300 billones de dólares deportar a todos aquellos que se encuentran de forma ilegal en los Estados Unidos, sin mencionar la agonía emocional y logística que ello produciría.

La situación ha empeorado desde los atentados del 11 de septiembre de 2001, cuando los oficiales trataron de tomar medidas enérgicas.

El número de visados de trabajadores cualificados es menos de la mitad del que era en el 2001, y cada año prometen a estudiantes extranjeros que serán admitidos en las universidades americanas, y luego no pueden venir por culpa de las barreras burocráticas. A aquellos que sí lo hacen, a menudo, no se les permite quedarse tras su graduación.

El debate sobre la inmigración siempre se ha visto afectado por las inseguridades económicas y por los miedos patriotas; a esto se le han sumado las amenazas terroristas, aunque casi todos los que perpetraron los ataques del 2001 entraron al país de manera ilegal. Estas amenazas son citadas por aquellos que proponen la idea de construir una valla por la milla 1.925, ó el kilómetro 3.080, en la frontera con Méjico, una propuesta que nadie cree que funcionará.

«Si construyes una valla de 12 pies», dijo el Gobernador de Nuevo Méjico Bill Richardson, «conseguirán escaleras de 12 pies».

En el improbable caso de que funcionara, escribe el Sr. Ramos, «enseguida entraríamos a la edad del balsero o barquero mejicano». La costa estadounidense tiene 12.383 millas y la frontera con Canadá 5.525, datos que empequeñecen la frontera mejicana. Cualquier terrorista está al tanto de la frontera canadiense y de su costa.

Otro bulo que exponen el Sr. Ramos y el Sr. West es el miedo a los delitos. Los inmigrantes ilegales de hecho, cometen, menos delitos que los ciudadanos estadounidenses, ya que a menudo «hacen un esfuerzo para evitar cualquier tipo de situación legal», afirma el Sr. Ramos. «Una triste consecuencia de esto es que incuso de obvian los crímenes o delitos cometidos hacia ellos».

La misma percepción errónea persiste cuando se habla del impacto económico. Casi todos los estudios reputados- el National Science Foundation, la Rand Corporation, el Cato Institute, y muchos otros académicos sugieren que los inmigrantes contribuyen en mayor medida al crecimiento económico y a los impuestos que lo que cuestan en términos de servicios.

El Sr. West argumenta, sin embargo, que que una política de inmigración efectiva se debería centrar más en el impacto económico. En la radical ley de inmigración de 1965, que acabó con más de cuatro décadas de políticas de inmigración restrictivas, la pieza central era la unión de la familia. Ésa era una buena política, ya que establecía claramente que a los núcleos familiares intactos les iba mucho mejor económicamente y socialmente que a los separados. Esto, afirma el Sr. West, se ha demostrado en padres e hijos, no en tías, tíos y primos, muchos de los cuales han venido a Estados Unidos bajo el amparo de la reunificación familiar.

Actualmente, aproximadamente un 64% de los nuevos residentes legales que cada año vienen, lo hacen por cuestiones familiares. Más o menos un 15% lo hace por motivos económicos, que van desde ser trabajadores altamente cualificados, a ser trabajadores temporales en el ámbito rural, y la mayor parte del resto, lo hacen por motivos políticos.

El problema, apunta el Sr. West, es que esta política «traza prioridades competitivas que son vitales para el futuro a largo plazo de este país». Simplemente limitando los visados expedidos por razones familiares, el Sr. West cree que cada año, a 160.000 ingenieros, científicos, matemáticos, informáticos o granjeros se les podría otorgar la residencia sin influir para nada en las preferencias de las familias.

Esta prioridad económica es la pieza central de la política en materia de inmigración de países como Canadá.

La contribución que los inmigrantes hacen al éxito económico de los Estados Unidos es la historia que nunca se cuenta y que se centra demasiado en datos sensacionalistas. y en ocasiones, erróneos.

Cuatro de las empresas más conocidas a nivel informático de Estados Unidos, Google, Yahoo, Intel y EBay, fueron fundadas por inmigrantes. Citando a Sergey Brin, un inmigrante riso que cofundó Google en 1998, el Sr. West se pregunta, «¿Cómo nos sentiríamos si Google se hubiera inventado en Rusia, quién sería entonces en líder en motores de búsqueda?»

A pesar de estas exitosas historias, los expertos reconocen que es probable que nada cambie pronto. No hay voluntad política o consenso para trazar un camino a la ciudadanía para la mayoría de los inmigrantes indocumentados que están ahora en Estados Unidos, y el problema empeorará con el tiempo.

Estas noticias son positivas para los detractores de la inmigración, que tienen predecesores conocidos: en el sigo 19 organizaciones como el Know-Nothing Party (el partido que no sabe nada) y la Supreme Order of Caucasians (Orden Suprema de Caucásicos); los arquitectos de la Ley de Exclusión china de 1882, o la medida del año 1921 que establecía cuotas según el origen nacional; los empleados que alardeaban de sus símbolos bajo el lema “Irish Need Not Apply” ; aquellos que internaron a los japoneses-americanos tras el ataque a Pearl Harbor, o aquellos que usaron los atentados del 2001 como telón de fondo o excusa para asediar a los inmigrantes.

Sólo hay una certitud: la Historia nunca es amable con los nativistas.

Charla "El Mundo Rural en el Siglo XXI". 27 de julio de 2010, en Castielfabib



Fotos conferencia












PERSONALIDADES ASISTENTES A LA CONFERENCIA


- ARTURO CORTÉS ASENSIO, ALCALDE EN FUNCIONES Y ALCALDE PEDÁNEO DE LA    ALDEA LOS SANTOS

- ANTONIO CASINO BLASCO, ALCALDE PEDÁNEO DE LA ALDEA DE MAS DE JACINTO

- NURIA MILLÁN ESLAVA, ALCALDESA DE VALLANCA

- RUTH SANFE, CONCEJAL DE VALLANCA

- ANA BELÉN GARCÍA SERRANO, CONCEJALA DE CULTURA Y TURISMO

- YOLANDA DIÉGUEZ NAVARRO, PRESIDENTA DE LA ASOCIACIÓN DE MUJERES RURALES "LA GUILLERMINA"

- CONCHA TORMO, AGENTE DE EMPLEO Y DESARROLLO LOCAL DEL AYUNTAMIENTO DE CASTIELFABIB

- ISABEL LÓPEZ, AGENTE DE EMPLEO Y DESARROLLO LOCAL DEL AYUNTAMIENTO DE TORREBAJA.

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